Chamacuero, Gto.
(También llamado Comonfort, Gto.)
Carrera de burros en Empalme Escobedo

El equus africanus ansinus es una especie animal bastante común en nuestro país, pero por alguna razón su imagen y su presencia siempre están ligadas a la burla y al ridículo.  Sin embargo, cuando el señor José Luis Revilla me invitó a las "Carreras de burros en Empalme Escobedo",  luego de advertirle que no estaba yo en condición física para competir con nadie y luego que el me aclaró que él tampoco pensaba participar sino acudir como espectador, mi primer pensamiento fue que no debía de haber ya muchos burros en nuestro municipio.  Ahora con tantas camionetas, motonetas y otros artefactos mecanizados de transporte, el uso de tan versátiles y aguantadores animales de carga debía ser muy reducido.  Recuerdo que hace varias décadas muchos de los clientes en la tienda de mi padre sí llegaban montando caballos o burros y los amarraban en unos maderos que exprofeso estaban colocados en la calle
Las "Carreras de burros de Empalme Escobedo" se realizan desde hace diez años, con lo cual se van acercando a ser una tradición y se efectúan en el marco de las festividades en honor de María Auxiliadora patrona de esta población.  En la cancha de futbol, ubicada al término de la calle 1ª. de mayo, dos gruesas líneas de cal a la altura del área chica definen la longitud del improvisado  oenódromo, (fina palabra de origen griego que me acabo de inventar).  Para mi sorpresa y gusto, la cantidad de  burros participantes superó lo que había imaginado, ello significa que este animal sigue siendo ampliamente utilizado en el agro chamacuerense. No olvidar que el burro entra donde no pasa ninguna camioneta, puede con grandes cargas y amerita menos cuidados que un caballo, además de comer menos. Claro, a la hora de fachosear, no es lo mismo ira a ver a una chamaca montando un alazán retinto que un borrico.  Para acceder a las carreras el público debía cubrir una módica cuota de recuperación, ello no impidió que la cantidad de asistentes fuera bastante elevada.
Los animales llegaron de varias comunidades, me consta que algunos fueron transportados en camioneta y otros llegaron trotando.  Más de algún animal decidió no llegar a la meta y tomó por otro camino pese a las maniobras de su jinete. Incluso un animal reparó lo suficiente para derribar a su montador, el cual, aunque cayó de pie salió conrriendo tras de su animal como para no hacer caso de todas las burlas que le llegaban de las gradas.
Del lado norte se formaban los participantes de cada carrera eliminatoria, al banderazo de salida  partían a todo galope hasta la meta situada ochenta metros más adelante.   Unos segundos de emoción tras varios minutos de espera. Cabe destacar que algunos animales eran controlados con dificultad entre varios jóvenes para que no partieran antes de tiempo.

La combinación entre las propiedades del animal y la destreza del jinete acabó por perfilar a los finalistas y definir al ganador.
El banderero oficial me contó que para obtener un ganador hubieron de realizarse casi veinticinco carreras para beneplácito de los asistentes. Incluso debió intervenir cuando algunos participantes quisieron substituir un animal por otro más fresco diciendo que era el mismo.  Ojalá ningún animal haya sido motivado a consumir esteroides. 



Es difícil hablar con seriedad de una carrera de burros, pero es necesario decir que los organizadores han tenido el buen tino de realizar este evento desde hace diez años, la gran participación del público es un claro indicador de que van por buen camino.

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FIESTA DE MARÍA AUXILIADORA EN EMPALME ESCOBEDO


Empalme Escobedo es, después de la cabecera municipal, la población más grande del municipio de Comonfort, fue fundada hace poco más de cien años, a consecuencia de la construcción y operación del empalme ferrocarrilero. Cuando este medio de transporte tenía el auge y la importancia que nunca debió perder, muchos podían decir que Escobedo era más importante que Chamacuero. El edificio de la estación es una construcción monumental y bella, así mismo lo es su templo principal, dedicado a María Auxiliadora. Es muy raro que en una población pequeña, exista un templo que, a pesar de ser muy reciente, sea tan hermoso.  Con un estilo propio, sobrio, gris oscuro por fuera y luminoso por dentro. Por lo mismo lamento que alguien tuviera la "genial" idea de circular su atrio y colocar una portada totalmente ajena a la arquitectura del templo.


El 24 de mayo se celebra la fiesta más importante de la localidad, la dedicada a la patrona del pueblo, la virgen María Auxiliadora. Días antes de la fecha mencionada ya han dado inicio los festejos, en cada uno de los días  previos se realizan peregrinaciones, en las que participan diferentes sectores de la población en cada uno de los  días, pero, por evidentes razones la peregrinación más concurrida es la que corresponde a los ferrocarrileros, la cual recorre varias calles de la población para terminar en el templo. Muchas de las calles del trayecto son adornadas esmeradamente por los vecinos, predominando el uso de los colores azul y rosa, mismos que tiene en su vestimenta  la imagen de la virgen María Auxiliadora.






La peregrinación de los ferrocarrileros es muy concurrida, no sólo por la gente que asiste a presenciarla, sino por la enorme cantidad de personas que hacen el recorrido, muchos, por no decir que todos,  lucen sus paliacates rojos en el cuello o, en menor proporción sus gorras altas a rayas, incluso, algunos niños portan  sus lámparas de petróleo, objetos todos, símbolos del trabajo ferroviario. Y es un gusto constatar el orgullo con que  los habitantes de  Empalme Escobedo asumen su origen y su identidad,  no obstante lo mermada -injustamente mermada- que se encuentra la actividad de los ferrocarriles desde hace varios años. Muchas personas portan ramos de gladiolas rosas, solamente rosas. En la parte medular de la peregrinación viene la imagen de la virgen, llevada en andas por cuatro  personas que van turnándose a lo largo del recorrido.
También hay participación de bandas de guerra y bandas de viento, estas últimas interpretan con insistencia la añeja melodía de "La Rielera"
En un pueblo ferrocarrilero como éste, es menester cruzar las vías en algún momento del recorrido, lo cual, lejos de resultar un inconveniente, es motivo para darle un realce especial al mismo. Los ferrocarrileros colocan dos locomotora en el punto de cruce,  a  unos cien metros de distancia una de otra y fijan petardos sobre las vías, a intervalos regulares. Cuando los peregrinos se acercan a este punto, ambas máquinas hacen sonar sus silbatos y avanzan lentamente, detonando los petardos a su paso, los últimos peregrinos cruzan la vía con las locomotoras a unos  metros de distancia. Cabe destacar lo mucho que llama la atención de la concurrencia este ritual de los petardos, mucha gente se congrega en este punto, no obstante  el ruido de los silbatos y las detonaciones.























La fiesta en honor de la virgen María Auxiliadora tiene muchos otros elementos que le dan singularidad y significativo, en esta ocasión nos hemos referido (y muy brevemente) a la peregrinación de los ferrocarrileros. Por lo mismo le invito a que el próximo mes de mayo se de una vuelta por Empalme Escobedo, donde podrá haber disminuido el tráfico de los trenes y haber desaparecido el de los viajeros provenientes de toda la república, pero no por ello sus habitantes han dejado de asumirse como orgullosos ferrocarrileros.
Bien por ellos.
 
En este mismo espacio hablamos, en un artículo anterior, sobre la Peregrinación Ferrocarrilera durante la fiesta de María Auxiliadora, como lo comentamos en ese entonces, la fiesta no se limita, en ningún modo, a esta peregrinación, para tener un panorama más completo de la fiesta y de su historia acudí a platicar con el Sr. Javier Camacho y su esposa la Sra.  Ma. Guadalupe Meléndez quienes, amable y generosamente me proporcionaron mucha información sobre la fiesta, misma que conocen al haber sido participes de la organización de la fiesta durante muchos años.
Las fotos con que ilustramos este artículo las tomamos de la página de facebook de la Parroquia de Empalme Escobedo.

La fiesta patronal del pueblo está ligada también a la construcción del templo, misma que se inició en 1946. Años antes la actual imagen de María Auxiliadora había sido donada por un benefactor de la comunidad de Palmillas y resguardada en la capilla de Soria, en tanto se definía la ubicación del templo. De Soria la imagen fue llevada a una capilla en el Colegio Cristóbal Colón y después a su actual ubicación, cuando se inicia la construcción del actual templo parroquial, ya que la donación fue exprofeso para este fin.

En esas fechas no existía aún la diócesis de Celaya, por lo que la parroquia de Empalme Escobedo pertenecía a la diócesis de Morelia.  En una primera etapa se levantaron los muros perimetrales del templo. El padre José Villagómez fue el primer sacerdote en Empalme Escobedo y quien llevó a cabo dicha construcción inicial.  En ese espacio sin techumbre se oficiaba misa, hubo un momento en que el coro fue construido y, en el espacio techado que se lograba, se colocó la imagen de la Virgen, es decir que, por un tiempo el templo funcionó en sentido inverso a su actual instalación. Cuando la parroquia estuvo a cargo del padre Nicolás García se colocó la techumbre de todo el templo. Unos años más tarde se construyó la torre. Se cuenta que en esos años la gente se iba al cerro y traía piedras, Adultos y niños acudían a las riberas del Laja y acarreaban arena, era un trabajo de participación colectiva. Además, en uno de los barrios una actividad recurrente era la fabricación de cal a la manera tradicional, se le conocía como el barrio calero; ellos aportaron la cal necesaria para la construcción de la torre; se utilizó solamente cal, no era común el uso del cemento para los morteros. Los tabiques de los muros también provinieron de donaciones en especie que hacían los feligreses. No solamente el techo data de esta época, el retablo con placas de ónix y el piso de mármol son contemporáneos a la techumbre.  Destaca que, en su afán de terminar la construcción, el padre Nicolás García estuvo endeudado con algunos proveedores, al grado que llegó a evadirlos en algunas ocasiones; a final de cuentas liquidó todos los adeudos.  El ónix vino de Puebla y el mármol de la zona de Vizarrón en Querétaro.

Cuando el sr. Obispo tiene  oportunidad de asistir, también le proporcionan su gorra y su paliacate y, en alguna ocasión, como viene de la ciudad de Celaya, le han sugerido subirse a la locomotora en San Juan de la Vega. Cercano a esta población está el límite del patio del Empalme, desde ahí abordan la máquina para asistir a la celebración. El señor Javier Camacho tuvo oportunidad de abordar la máquina con las personalidades invitadas, nos contó que en una ocasión el ya fallecido obispo Lázaro Pérez abordó la máquina en este punto, debido a su carácter abierto venía preguntándole al maquinista muchos detalles sobre la operación de la locomotora, con la misma apertura el maquinista le ofreció conducir él mismo en el trayecto y, pese a la insistencia, el señor obispo se negó argumentando: "No, porque ahorita tú me vas a permitir manejar esta máquina, pero al rato que me toque decir misa, vas a querer que te permita estar oficiando a ti, y no es posible" . EL actual obispo, Benjamín Castillo sí tuvo a bien conducir un rato la locomotora, hasta la localidad de Guadalupe, ya de ahí, el trayecto lento para detonar los petardos lo realizó el maquinista. Este recorrido se permite a personalidades especiales, no necesariamente obispos, algunos sacerdotes participan de esta distinción. Por circunstancias propias de esta población y por ser lugar de origen de algunos sacerdotes, ha habido fiestas patronales en que han concurrido tres obispos.

Cuando la virgen regresa al templo la fiesta se prolonga, hay juegos pirotécnicos y bandas de viento. Sin embargo, en los últimos años, la organización de bailes con motivos comerciales, distrae la participación de los habitantes hacia la fiesta, propiamente dicha. Estos bailes no tienen en realidad nada que ver con la fiesta patronal, por más concurridos que sean, solamente aprovechan la fecha y la consiguiente afluencia de visitantes.

El día principal de la fiesta, el día 24 de mayo, se inicia con las mañanitas a la Virgen, muy temprano, desde las seis  de la mañana. Hay personas que rezaron los cuarenta y seis rosarios en la parroquia y ellos regalan el desayuno de ese día: tamales y atole, a todos quienes asisten a las mañanitas. Hay misas todo el día y la gente acude con sus imágenes para que éstas sean bendecidas. Previamente, ocho días antes,  ya tuvieron lugar las primeras comuniones, las confirmaciones y los matrimonios comunitarios. Mismos que, por razones prácticas, no se realizan el mismo día 24 de mayo, pues sería imposible ubicar a toda la gente que se congregaría conjuntando todas estas realizaciones. A lo largo de todo el día, además de música de banda, participan grupos de Danzantes y, por la noche, los juegos pirotécnicos y la actuación de algún grupo musical o banda de mayor renombre. Desde varios días, previos a la fiesta, en las inmediaciones del templo se colocan juegos mecánicos y puestos ambulantes con diferentes mercancías.  El día 24 termina toda la celebración, a la espera de un nuevo ciclo al año siguiente, pues esta fiesta no tiene una remuda para renovación de cargos.  Es de comentar que hay un grupo de danza azteca en Empalme Escobedo que participan a lo largo de esta y otras festividades de la población y, como es costumbre, asisten a las festividades de comunidades vecinas. Ésta como otras danzas tiene sus rituales propios, necesarios para la integración armónica de sus participantes y el sentido profundo que les pertenece.
Las tradiciones siempre tienden a depurarse sabiamente con el paso del tiempo, es una evolución necesaria y deseable que las mantiene vivas y vigentes, es de admirarse que esta fiesta haya cambiado tan poco a lo largo ya de setenta años, tanto como lo es la sabia  forma en que su estructura permite a cada rumbo de la población ser partícipe, directamente de la fiesta y, al mismo tiempo otorgarle mayor relevancia.

Agradezco, nuevamente al Sr. Javier Camacho y a la Sra. Lupita Meléndez su amabilidad y la extensa y prolija información que me proporcionaron, ojalá podamos seguir contando con su conocimiento para seguir enriqueciendo esta página.
La fiesta se estructura con una novena, con celebraciones en cada uno de los días. El pueblo se divide en nueve sectores, el día 15 de mayo corresponde a un sector, el 16 a otro, y así hasta el día 23, cuando es la peregrinación ferrocarrilera y el 24 la fiesta, propiamente dicha, de María Auxiliadora. Los sectores en que está dividida la población para este festejo, son los mismos, prácticamente, desde los inicios de la celebración. El único cambio relevante es que el día 15, primer día de la novena, la celebración le correspondía al barrio de San Isidro, pero como el 15 de mayo también es la fiesta de San Isidro Labrador, resultaba complicado a las personas de este sector estar al pendiente de ambas celebraciones, por este motivo se movió para el día 16 hace unos años. Actualmente, y al margen de la precisión con que se organiza la fiesta año con año y los participantes propios de cada día,  los sectores y las fechas de la festividad que les corresponden pueden enumerarse de la siguiente manera:

15 de mayo   Calle Sol
16 de mayo  Calle Acapulco
17 de mayo  Calle Acámbaro sur
18 de mayo Comunidad de San Nicolás y Tres puentes
19 de mayo Colonia MIR
20 de mayo Colonia Remero Trovador
21 de mayo Calle  18 de Marzo
22 de mayo Calle Ocampo
23 de mayo Colonia Manuel R. Palacios (Peregrinación Ferrocarrilera)

Esta enumeración es un resumen de los sectores participantes, para cada sector que menciono hay más personas, calles, colonias  o asociaciones involucradas; del mismo modo las velaciones tienen asignado un responsable cada una de ellas.

La celebración es, por su puesto, un día de fiesta para el sector designado cada uno de los días. Las personas del sector correspondiente acuden desde un día antes, digamos que  a quienes les toca el día 15, acuden al templo el día 14 a recibir la imagen de María Auxiliadora. Dado que dicha imagen tienen un peso considerable se procede a transportarla en una camioneta, misma que es previamente adornada.  En el trayecto la imagen suele ser acompañada por la banda de guerra en combinación con música de banda, danzantes o mariachis, de acuerdo a lo decidido por los vecinos. Al llegar al sector correspondiente la imagen es depositada en un lugar adornado exprofeso para dar más relevancia a la presencia de la imagen en el sitio.  En ese entorno, durante el resto del día y toda la noche, los vecinos se organizan para tener música. Incluso, por la noche, le ofrecen de cenar a los presentes. En el aspecto propiamente religioso, durante esta velación se reza el Rosario y se pide por los miembros de esta comunidad, por los jóvenes, los niños, las personas ya fallecidas; si hay alguna necesidad especial, también se hace ese pedimento. Se puede decir que para la gente de cada sector, el día que les visita la Virgen ya da inicio la fiesta. Antes del mediodía la imagen es llevada, con la misma solemnidad, al templo y entregada para la misa de ese día. Terminada la misa el sector siguiente acude por la imagen para iniciar el mismo ciclo en su colonia.  La gente adorna sus calles para el día en que les  corresponde recibir la imagen.  En los adornos predominan los colores azul y rosa dado que son los usuales de la advocación de María Auxiliadora: rosa para la túnica y azul para el manto.

El hecho de que la peregrinación ferrocarrilera sea  una peregrinación de toda la población, no significa que no tenga lugar una velación la noche que va del día 22 al día 23. La imagen se lleva al andén del ferrocarril y es depositada por un rato, más adelante se le lleva al parque, a la colonia Manuel R. Palacios que es de donde sale la peregrinación.   En este lugar la fiesta y la velación tienen proporciones un poco más grandes que en los demás sectores, incluso llegan a organizar un programa de actividades con muchos eventos para ese día.  Este es el recorrido con más público, quizá no el más largo en distancia, pero es, también,  el que tiene más  participantes y en el que más calles son adornadas para el paso de la procesión.  El sentido "ferrocarrilero" de los participantes es muy evidente, es muy común ver personas con su paliacate al cuello, su gorra de ferrocarrilero o su linterna, incluso niños ataviados con estos elementos. Antiguamente, el ferrocarril proveía pantalones de pechera, gorras y paliacates a sus trabajadores activos y jubilados para que participaran en la procesión, esta indumentaria era típica de los años de mayor auge de este transporte. Esto, lamentablemente va mermando poco a poco, en parte porque el ferrocarril actual ocupa muy poco personal y el personal  suele ser foráneo. Aún así, Kansas City Southern,( ya no Ferrocarriles Nacionales de México),  provee algunas camisetas, con su logotipo, para la celebración. También presta sus máquinas para el ritual impresionante cuando la imagen cruza las vías:   A unos 200 metros del cruce de la calle Madero con la vía del tren, de cada lado, se colocan sendas s locomotoras. En el momento en que la peregrinación comienza a cruzar por este punto, las máquinas hacen sonar sus silbatos mientras avanzan, en su trayecto se han colocado petardos sobre los rieles a ciertos intervalos.  Conforme las máquinas se van acercando al cruce, cada una por su lado, se van sucediendo las detonaciones de los petardos. 
 
Hace más de un año, el joven Luis Felipe Rodríguez  me hizo notar que la segunda fiesta en importancia, en Empalme Escobedo, era la dedicada a San Isidro Labrador, celebración que, me comentó, era mucho más trascendente que una carrera de burros, misma que ya había yo documentado en este espacio (la carrera). Atendiendo a su amable sugerencia acudí al siguiente 15 de mayo, tomé fotografías y recabé algunos testimonios sobre la fiesta. Unos mese después acudí a platicar con la señora Ma. Guadalupe Sánchez quien no sólo me proporcionó amablemente la mayoría de la información que aquí comparto, sino que resultó ser la mamá del joven Luis Felipe Rodríguez a quien en ese momento conocí en persona y el cual, viendo que tomaba yo en cuenta su sugerencia, me permitió utilizar las fotos de su página de Facebook: Barrio de San Isidro Labrador, para ilustrar este artículo. Las fotos que tienen un pequeño círculo de color son de esta procedencia, las demás son de un servidor.


San Isidro Labrador nació en Madrid en 1082, fue labrador de oficio, hijo y compañero de labradores, lo cual debe entenderse que hacía producir tierras ajenas (en plena edad media y en España no podía ser de otra manera). Encontraba el modo de dedicar largas horas a la oración y asistir a misa todos los días, pese a lo demandante de su labor agrícola. Cuando falleció, se cree que en 1172, había ganado fama de hombre piadoso y devoto.  Su culto comenzó poco después de su muerte, pues además se le atribuyeron varios milagros.  Por este motivo no es de extrañar que su culto en México llegara con los primeros misioneros, encontrando -nunca mejor dicho- suelo fértil para su veneración en las zonas de producción agrícola de nuestro país, aunque  su canonización se concretó hasta 1622.
Hoy en día San Isidro Labrador es venerado en muchísimos lugares del mundo y de México, culto siempre asociado al campo, en sus símbolos y en sus devotos. 

En nuestro municipio se destacan las celebraciones en Empalme Escobedo, San Isidro la Loma, la Tapona, Nopalera y otras comunidades hacia el norte y oriente del municipio. En estas comunidades la fiesta puede celebrarse antes o después del 15 de mayo, porque se compagina con las festividades en honor de la Santa Cruz.
Sin embargo, en esta ocasión y, a reserva de documentar las demás fiestas que enumeré, hablaremos de la fiesta de San Isidro Labrador en Empalme Escobedo.

Como ya hemos mencionado, la celebración de mayor importancia es la fiesta parroquial de María Auxiliadora, sin embargo, y pese a la cercanía de las fechas, la fiesta de San Isidro puede considerarse siguiente en importancia en el poblado. 
Tan antiguo como Empalme Escobedo mismo es el culto a San Isidro, la imagen original fue donada por un vecino de las calles donde, actualmente, se encuentra su capilla. Para dicha imagen se construyó un nicho muy sencillo, pero a raíz de que un vendaval se llevó todas las láminas que lo protegían (bueno, casi todas, la que cubría la imagen no se la llevó el viento) los vecinos ubicaron un terreno y construyeron una capilla donde se le rinde culto hasta hoy en día.  Aunque en ese entonces el lugar era muy pequeño, la ampliación a las dimensiones actuales de la capilla data de los años setenta.
No es de sorprender que la veneración a este personaje arraigara fácilmente en Empalme Escobedo,  a pesar de su origen ferrocarrilero, la actividad agrícola, en la comunidad en sí y en las comunidades vecinas sigue siendo muy importante, desde luego más lo era hace 60 o 70 años.

La figura que hoy se venera no es la original que provocó esta veneración. Un sacerdote del templo de Empalme Escobedo convenció a los cargueros de que le entregaran la imagen para substituirla por otra, dado que la imagen primigenia estaba de pie y San Isidro "Debe tener una rodilla en tierra". Con este singular motivo, una imagen más antigua y de mayor valor artístico fue substituida por una imagen más reciente y de menor mérito. Claro que los habitantes de Empalme Escobedo veneran la vida piadosa, las acciones y milagros de un hombre bondadoso, no una figurilla de Yeso, pero ello no justifica la substitución realizada. Se conserva una fotografía de la imagen original, la incluímos junto a la imagen actual.






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La fiesta ha evolucionado poco desde hace tantos años, más ha evolucionado el pequeño templo que, gracias a la acción concertada de todos los vecinos y de aquellos que toman a su cargo presidir esta acción, está cada día más bello y presenta un aspecto más digno del uso a que es destinado.

Como muchas festividades religiosas, esta celebración se estructura con un novenario, previo a la fiesta propiamente dicha, se realiza del 5 al 13 de mayo. En cada uno de esos días la imagen "visita" las calles aledañas al templo, los vecinos de la calle correspondiente se organizan para disponer un altar en donde la figura es venerada,  este 2016 las calles que integraron el novenario fueron:
5 de mayo:  Prolongación Niño Perdido
6 de mayo: 16 de Septiembre
7 de mayo: Luis Cortazar
8 de mayo: Niño Perdido
9 de mayo: Melchor Ocampo
10 de mayo: Juan Aldama
11 de mayo: Josefa Ortiz de Domínguez
12 de mayo: Pípila
13 de mayo: Sol

Esta distribución de calles y días ha permanecido con pocas alteraciones a lo largo de los años, se va haciendo una tradición el día que le corresponde a cada calle, aunque por motivos prácticos puede llegar a producirse un cambio.

Es importante mencionar que la figura principal de San Isidro Labrador permanece siempre en su capilla, existe una segunda imagen, colocada en una urna, convenientemente adaptada para el transporte, que es la que se lleva a las visitas del novenario. Curiosamente, esta  es una imagen de pie y la acompaña un ángel con su yunta.  Cuando no se está realizando el novenario la urna con las figuras permanece a la entrada de la capilla.

El primer día del novenario, en este caso los vecinos de la calle Prolongación Niño Perdido, acuden por la tarde a la Capilla y Reciben la imagen en la urna, regresan con ella y la depositan en el altar que, adornado con flores, mantos y otros elementos,  habrán dispuesto para este fin, la intención del altar es darle un marco solemne a la presencia de  San Isidro;  además, como no es raro que suceda, también protege a la urna de la lluvia. En cada calle del novenario se realiza una celebración eucarística. Es frecuento que haya  música en estos lugares, tradicionalmente banda de viento. También, en la medida de lo posible se ofrece algún alimento a los visitantes. La imagen se vela hasta las doce de la noche, en ese momento se le resguarda en la casa de algún vecino, en un espació  también arreglado con cierta solemnidad.  A las cinco de la tarde del día siguiente las personas de la calle 16 de septiembre acuden al domicilio donde se resguardo la urna y la llevan con ellos, este ciclo continua durante los días del novenario, en que la imagen regresa al templo.




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La fiesta propiamente dicha da inicio el día 14 a las 5 de la tarde en que se recibe la banda, esta permanece tocando en las afueras de la capilla hasta cerca de las ocho de la noche. También suele participar el grupo de Danzantes de la comunidad  a partir de las ocho de la noche.

El día 14 la música  está presente desde muy temprano y permanece hasta las cuatro de la tarde en que se lleva a cabo la actividad de los pollos.  Unos días antes los organizadores colectan pollos entre los vecinos de la zona e incluso de otras comunidades cercanas.  En el lugar seleccionado se coloca una canasta suspendida a cierta altura de una soga, varios jinetes, de pie sobre sus monturas intentan alcanzar dicha canasta, el que lo logra recibe un pollo como premio.

El día 15 desde muy temprano se llevan mañanitas a la capilla, hacia el mediodía es la celebración eucarística, después se hace un recorrido por la comunidad con la imagen de San Isidro, este recorrido tiene la correspondiente solemnidad y relevancia; termina alrededor de las tres de la tarde.

Durante buena parte del día 15 un grupo de jóvenes se viste, esmeradamente, de mujer y recorren la población bailando y sacando a bailar a muchos de los presentes, aquél que es sacado a bailar, no sólo debe hacerlo, sino pagar una pequeña cuota por ese motivo. Todo lo recaudado se destina al beneficio de la fiesta. Aunque esta actividad no es tan antigua como la fiesta misma, sí tiene muchos años que se observa, se considera que rememora la costumbre antigua de robarse a las muchachas a caballo.
A partir de las cuatro se realizan las "Yuntas". Para que éstas puedan realizarse, algunos vecinos se ofrecen a colaborar "vistiendo" una yunta, lo cual consiste en adornarla, colocándole flores de papel, listones y, sobre todo, algunos bienes (frutas, botanas, cervezas, conservas, refrescos, etc.).  La yunta, además de su aspecto vistoso será arriada por el campo cuando la actividad inicie, en ese momento un grupo de jinetes (los ladrones) tratará de apoderarse de los bienes que penden de la yunta, sin embargo, otro grupo de jinetes (la policía) tratará de apresarlos. Los ladrones conservan los bienes que puedan sustraer, pero si son apresados deben pagar una cantidad (10, 15 pesos) para poder volver a perseguir las yuntas,  todo lo recaudado por este concepto se entrega para beneficio de la fiesta. Como es de suponerse el evento debe realizarse en tierra de cultivo, de otro modo no hay forma que la yunta avance. Afortunadamente muy cerca de la capilla hay un terreno enorme, aun sin urbanizar. En este lugar, durante un buen rato los ladrones persiguen las yuntas, los policías persiguen a los ladrones y los espectadores se regocijan con las peripecias de los tres grupos.  Todos los que participan son, por decirlo así, gente de campo, muy cercana a las labores agrícolas durante toda la temporada, quizá por ello su interés en la fiesta y en participar en las Yuntas. Los yunteros en particular son propietarios de estos aperos, tienen sus parcelas de cultivo y, aunque tengan maquinaria, conservan su yunta porque a los cultivos de frijol, zanahoria, jícama o cebolla es más conveniente trabajarlos a la antigua.  Las Yuntas se realizan en otras comunidades que, como mencionamos arriba, también celebran festividades en honor de San Isidro Labrador.  Se cree que el origen de esta actividad viene de tiempos antiguos, cuando depredar a los agricultores podía ser una práctica común.

Al anochecer se celebra un baile en la calle, y  rumbo a las 10 de la noche se quema el castillo o los juegos pirotécnicos  contratados para ese día. 

Además de las recaudaciones ya mencionadas la fiesta se solventa con la participación de 25 "cargueros", mismos que en la fiesta del año pasado sellaron su compromiso de aportar su cuota recibiendo un pan y una botella del parande que, para tal efecto, se coloca en las afueras de la capilla. A diferencia de otras fiestas, esta "remuda" ocurre durante la propia fiesta, no en una festividad diferente.

También es interesante resaltar que la festividad de la Santa Cruz se compagina de una manera muy particular, la Santa Cruz de El Picahco llega a empalme Escobedo y es venerada, el propio día 15, en la festividad de San Isidro. De esta conjunción y los rituales asociados a la Santa Cruz de El picacho hablaremos en otros artículos.

Agradezco a la Sra. Lupita Sánchez la información proporcionada para este artículo, al joven Luis Felipe Rodríguez su sugerencia para escribir sobre esta festividad, así como las fotografías de su página.

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En diferentes lugares de nuestro municipio se realizan celebraciones  de Semana Santa, de diferentes niveles de participación y antigüedad.  En este espacio apenas hemos reseñado unas cuántas, por lo que en esta ocasión hablaremos del Viacrucis del Barrio de los Remedios.  
Esta celebración se realizó por primera vez por iniciativa del Sacerdote Pablo Figueroa Lugo,  hace 23 años, siendo la primera representación en 1995. Luego de los primeros años la idea  fue bien aceptada y se arraigó en el barrio con la fuerza suficiente para pervivir hasta este momento y con el necesario entusiasmo de los organizadores para prever su continuidad durante mucho tiempo.
Durante los dos primeros años la encargada fue la Srta. Rosario Hernández Olalde, a partir de entonces la organización ha corrido a cargo del  señor Gerardo Hernández Platanero, quien además es el autor del libreto y de los parlamentos de la representación.  Para su desarrollo tomó referencias de cuatro biblias: Paulina, de Jerusalén, Guadalupana y de las Américas.

Como es de suponerse los participantes han cambiado a lo largo de los años, no siendo raro que una misma persona desempeñe un papel durante varios años o que al cabo de éstos le sea asignado otro personaje.  No obstante que alguien haya representado un papel varias veces, los organizadores no dejan, en caso necesario, de hacerle observaciones tendientes a pulir su desempeño y lograr, con ello, ir perfeccionando la representación, año con año. Aunque la mayoría de los participantes son del Barrio de los Remedios no hay particularidad alguna en que participe alguien "de acá abajo".
Se ensaya desde un mes antes, aproximadamente, aunque el primer viernes de cuaresma  se define a quienes se integraran en ese año.
Cada participante sean romanos, fariseos, judíos, etc., solventan su propio vestuario, siendo éste muy esmerado y dedicado en cada uno de los participantes. El resto de los gastos que pudieran derivarse de la representación son solventados por la gente del barrio o por algunos de los participantes.

La representación da inicio el día jueves. Los diferentes niveles del atrio, ayudan a organizar más fácilmente las escenas. Como sabemos, los sucesos de este día, propician que la participación de los actores sea más larga, así como los parlamentos de los mismos.
El día viernes se representan las catorce estaciones del viacrucis, la primera estación dentro del atrio y desde la segunda hasta la novena en una procesión en la periferia del barrio, saliendo por la puerta de éste y caminando hacia el oriente y de ahí dando una vuelta completa hasta ingresar al atrio por el lado opuesto, un recorrido de 1,200 mts. Aunque esta procesión es encabezada por Jesús y los centuriones que lo custodian (y lo azotan) más atrás vienen todos los involucrados en estas representaciones aunque, históricamente, no hayan participado den el viacrucis, (Anás, Caifás, Pilato, etc). En cada una de estas  estaciones se hace una pausa en la marcha y se leen algunos textos y se hacen reflexiones sobre estos temas. Evidentemente se representa la acción correspondiente a cada estación.  A lo largo de todo el recorrido,  hay uno o varios cantores que, mediante un equipo de sonido van cantando las piezas tradicionales y características en estas celebraciones, mismas que son también entonadas por muchos de los asistentes.

De la décima a la decimocuarta estación se representan en el interior del atrio. Aquí es una secuencia continua con la interacción de todos los personajes involucrados y, para quien desconozca cada una de las estaciones le será difícil identificar el paso de una a la siguiente.
No obstante lo largo del recorrido y la dedicación de los organizadores y participantes, es proporcionalmente poca la gente que llega a presenciar esta celebración. Quizá  por la simultaneidad con otras celebraciones del municipio. Cierto que la gente que habita a lo largo del recorrido sale con entusiasmo a ver la procesión, pero considero que, siendo tan cercanas esta celebración con la del centro de la población, valdría la pena que ajustaran un poco sus horarios para que el público pudiera asistir a ambas.  La calidad de este viacrucis amerita que mucha más gente del municipio y de la región la conozca y la valore.


Hacia finales del siglo XX un acontecimiento trágico hizo llamar la atención sobre este viacrucis: el actor que encarnaba el papel de Judas murió al colgarse. El señor Gerardo Hernández nos comenta que este joven omitió mencionarles que padecía de una deficiencia respiratoria, quizá porque no consideró que pudiera ser relevante. La combinación de este padecimiento con el estar suspendido del arnés durante unos minutos llevaron al trágico desenlace.  Pudo comprobarse que no fue un error en el dispositivo que permite la suspensión desde el arnés y que la cuerda es ornamental y no puede soportar ningún peso. Aún así durante algunos años se omitió esta escena. Poco tiempo después los participantes y los siguientes actores que encarnaron a Judas lograron la autorización del sacerdote responsable para volver a realizar este simbólico momento.  A partir de entonces se extremaron las precauciones para evitar una situación semejante.
Del mismo modo se tiene mucho cuidado en que nadie se lastime, ni siquiera un poco en todo el evento. Los centuriones usan cintas diseñadas especialmente para que no hieran al azotado y saben cómo provocar con éstas ruido sin causar daño en el flagelado. Quizás el riesgo mayor es la insolación o la deshidratación, pero durante todo el trayecto se provee de agua a los participantes. Ojalá más adelante consigan algunos recipientes màs ortodoxos para no romper el efecto que conjunta todas las acciones con las estrechas e inclinadas callejuelas del barrio.

Agradezco a los Señores J Reyes Ramírez y Gerardo Hernández Platanero la información que amablemente nos proporcionaron para este artículo.
Este artículo podría llamarse también: la antigua Procesión del Santo Entierro o   La Tradición de los Nopales.  Evidentemente porque todo lo mencionado está involucrado.  Pero el título es lo de menos, la tradición es sumamente singular y no tan conocida como otras en nuestro municipio.
La comunidad de Orduña de Abajo se localiza al Norte del Municipio de Comonfort, en la ribera  derecha del Río Laja. En esta comunidad, desde hace muchos años,  se veneraba la imagen del Señor en su Santo Entierro, comúnmente conocida como El Santo Entierro.  El señor Antonio Landín, quien actualmente tiene ochenta y dos años, me relató que cuando  él era niño la tradición tenía ya muchos años de llevarse a cabo,   tan es así que los primeras veces que la atestiguó ésta se celebraba en la Capilla Antigua (una hermosa y bastante bien conservada construcción que probablemente data del siglo XVIII). El día lunes de la semana Santa, un grupo de personas, no de Orduña, sino de Comonfort, acudían por la imagen del Señor en su Santo Entierro y la llevaban, en hombros,  al templo parroquial (unos cinco kilómetros). El día martes esta imagen se integraba a la procesión de las Cruces que se celebra el martes de la Semana Santa en la cabecera municipal.  El jueves por la tarde la imagen se llevaba de regreso a la comunidad, con toda la solemnidad que ello ameritaba y se depositaba en la capilla.  Luego de recibir la imagen, se celebraba la misa del Jueves Santo (la de la Institución de la Eucaristía y el Lavatorio de los pies). Al término de la ceremonia religiosa las familias de la comunidad obsequiaban a los presentes nopales con camarones, acompañados con las célebres tortillas estampadas (célebres hoy día, hasta hace poco no eran tan conocidas) mismas que tenían símbolos religiosos (porque eran tortillas ceremoniales, no como ahora que le ponemos el logotipo de su empresa, para que sean una curiosidad en sus reventones).
Decía yo, antes de ponerme venenoso, que las familias obsequiaban nopales con camarones y, si el oferente tenía recursos, también obsequiaba Conserva, que es la calabaza cocida en dulce. Si bien todos los presentes alcanzaban a recibir, sobradamente estos alimentos, a quienes habían traído la imagen y a quienes el año venidero obsequiarían los alimentos se les entregaban éstos como una pequeña ofrenda, muy bien dispuesta en una charola (o en una canasta de carrizo, para hacer honor a la tradición artesanal de esta población) y acompañada de flores o algún otro adorno. Los alimentos se entregaban y consumían en el exterior de la Capilla, con mucho orden, no siendo raro que en todo tipo de recipientes, los presentes llevaran a su casa una buena dotación de nopales y tortillas. El génesis de esta ofrenda es el agradecimiento a las personas que, no siendo de la comunidad, realizaban el esfuerzo de llevar y traer la imagen. Al señor Jesús Paloblanco se le recuerda como una de las personas que durante muchos años fue el encargado de este traslado.  (En algún punto de esta narración debe existir una imprecisión, dado que, según se sabe, la tradición de las Cruces data de los años sesentas y, como hemos mencionado, la tradición es mucho más antigua).   Es conveniente insistir en que no eran las mismas  familias, año con año, quienes ofrecían los alimentos; Se tenía una lista de quienes estaban dispuestos a sumarse. Siguiendo esa lista se iban designando, año tras año, grupos de quince personas o familias, de modo que a cada familia le correspondía la ofrenda una vez cada varios años.
Esta veneración a la imagen del Señor en su Santo Entierro era tal que los vecinos de Orduña  construyeron un templo, en la plaza 5 de Febrero de la Cabecera  Municipal, para acomodar la imagen en esos cuatro días.  En algún momento algo sucedió y la imagen del Señor en Su Santo Entierro no regresó a Orduña, tampoco a su templo, el cuál cambió su advocación a la de San Antonio de Padua. No obstante, la tradición siguió, a partir de ahí no con una imagen del Santo Entierro sino con el Cristo que se colocó en el ábside de la nueva Capilla: una construcción mucho mayor, que dista unos doscientos metros de la original, sobre la misma calle y cuyos cimientos se iniciaron en 1925, pero estuvo en condiciones de recibir a los feligreses hacia los años cincuenta, aunque muy lejos de terminarse en su totalidad.  Este Cristo es llamado por algunas personas "El Señor de los Milagros", aunque no corresponde con la iconografía de esta denominación. También por la substitución de la imagen,  durante muchos años, algunos jóvenes creían que éste Cristo era la imagen del Santo Entierro.  Este Cristo era retirado del ábside y entregado a las personas que lo transportaban al templo parroquial, pero allá por 1971, el señor Landín, en ese momento encargado del templo, notó que la imagen presentaba una fractura, digamos que del hombro derecho hacia el costado izquierdo. Lo comunicó al señor Cura en turno: el sacerdote Francisco Nambo Calderón, quien, en su debido momento lo mandó restaurar. Sin embargo, por el temor a que la escultura volviera a dañarse, al siguiente año entregaron, para el traslado, una imagen del Señor de los Milagros.  Esto no pareció ser del agrado de quienes fueron por la imagen pero, en vez de molestarse, se organizaron y compraron un Cristo en tamaño natural, con el que ahora se realiza este añejo ritual y que, en apego a la tradición , permanece casi todo el año en la Capilla de Orduña de Abajo.  Pero los habitantes de Orduña saben y reconocen que ese Cristo no es suyo, está generosamente prestado. Cuando este Cristo llega al templo, el día jueves,  es colocado, en un hermoso lecho, profusamente acondicionado con plantas y flores en el atrio. Apenas hace un año este mismo lecho se ubicaba en el crucero, del lado del Evangelio.
Esta tradición pervive hasta hoy en día, con ciertas diferencias, siendo la más notable la que ya describimos sobre las imágenes utilizadas, pero también el número de familias que proporcionan los alimentos es de cuarenta, sin embargo, a cada uno de ellos le sigue correspondiendo hacerlo una vez en varios años.  Las ofrendas a los "transportadores" y a los oferentes del próximo año siguen teniendo su carácter preponderante.  La misa del jueves, a veces,  se celebra al exterior de la capilla.  Previo a la celebración eucarística ya se han colocado, en los muros laterales del atrio las personas que entregarán los alimentos, acomodados con sus ollas enormes,  repletas de nopales y tortas de camarón, que se sumergen en un delicioso caldillo de chile cascabel (o eso me informaron).

Una vez terminada la misa, y con expectación de los oferentes y los presentes, el sacerdote bendice los alimentos y esto es como la señal de arranque para repartir la comida. No hay una división notoria entre las mesas que soportan tinas y recipientes y el público, de un lado y de otro todos parecen coordinados en el mismo objetivo, los recipientes de plástico fluyen vacíos y retornan llenos y en equilibrio. Parece una actividad tumultuosa, pero el buen orden prevalece, con una sabiduría sólo atribuible al peso de la tradición, la cantidad de familias que ofrecen alimentos, la cantidad de alimentos que preparan y el número de visitantes, están tan armoniosamente diseñados que nadie se va con las manos vacías y nadie regresa sin entregar, en su totalidad,  los alimentos que ha preparado. Perdón si la observación tiende a idealizar el suceso, pero es como si todos los asistentes sintieran una discreta dicha por fabricar un eslabón año con año, unas veces como oferentes, otras como receptores para extender, hacia el pasado y hacia el futuro, el gusto y el sentido de pertenencia hacia su comunidad en la forma en  que lo heredaron de sus padres o sus  abuelos.

Hoy en día, como son muchas las personas que llegan, casi no se consumen los alimentos en el atrio, proliferan las cubetas de plástico de un galón, son como un aditamento generalizado para recibir la comida. Pero no es raro ver personas yendo y viniendo con ollas de barro o aluminio, ni es raro ver personas acomodadas en algún rinconcito consumiendo, de una vez, sus nopales o sus tortas de camarón.

Actualmente, además, no sólo se ofrecen alimentos a los "transportadores" al momento de llegar, también cuando van por el Cristo, el día lunes,  se les ofrece una comida.  Esto fue iniciativa de un nieto de don Antonio Landín, hace unos diez años; esta muestra de hospitalidad complementaria  motivó, según se dice,  que ahora sean más las personas que se suman a ir por la imagen. Esperamos, en posteriores artículos hablar de el traslado de la misma, complemento indisoluble de esta tradición y que también tiene sus particularidades y aspectos de sumo interés.

Atestiguar el momento en que se condensa la generosidad y devoción de esta comunidad es emotivo y conmovedor, pero no es el único día que esto sucede, el día veinticuatro de diciembre los buñuelos van y vienen por el atrio, pero esa, por supuesto es otra historia. No deje de ver el video de la sección de videos de esta página, ahí se aprecia el mágico ir y venir de las cubetas y el resplandor rojo del guiso. Más hermoso, aún, es el enorme de número de personas que alzaron la vista para dedicarle un saludo o una sonrisa a nuestra "cámara voladora".
Agradezco al señor Antonio Landín Valle, su amabilidad y toda la información que me proporcionó durante varias horas de muy interesante charla. Agradezco también a la maestra Rosario Landín Moya por complementar esta información.

Hace un año, aproximadamente, en este espacio hablamos sobre la celebración del Jueves Santo en Orduña de Abajo; de toda esa rica y elaborada tradición nos faltó hablar sobre el traslado de la imagen desde y hacia Orduña.  Si usted no nos leyó hace un año, y no es reproche, en lo que recorre este espacio electrónico para encontrar dicha información,  le platicamos que la tradición consiste en que un grupo de personas de la cabecera municipal acuden, el lunes de la Semana Santa, a Orduña de Abajo por una imagen de Cristo crucificado y la trasladan, cubriendo el trayecto a pie y cargándola en hombros, a Comonfort.  Al llegar,  la imagen se deposita en el Templo Parroquial y participa el martes en la procesión de las Cruces. El Jueves Santo es llevada, del mismo modo, es decir cargándola, de regreso a Orduña. Luego de recibir la imagen y celebrar Misa,  las personas de la Comunidad ofrecen nopales y Tortas de Camarón a todos los presentes. 
Como la parte del traslado, que además debe ser hecho por personas que no son de Orduña, me pareció también muy interesante, me acerqué a los encargados de dicha labor, tuve el gusto de platicar con la Sra. María Alejandra Aguado, ella me contó que su tío, el señor  Carmelo Aguado Hernández, era el encargado ya en los años setenta y llevaba mucho tiempo realizando esta labor, cuando en Orduña les comentaron que la imagen había sufrido un deterioro y que ya no les permitirían sacarla del templo, don   Carmelo  decidió fabricar una Cruz y durante algunos años el ritual se realizó trasladándola en sustitución de la imagen anterior.   La Cruz es de las dimensiones apropiadas como para un Cristo de tamaño natural.  El señor Carmelo falleció en 1993, pero  pasó el cargo al Sr. Cosme Aguado Rubio quien para desempeñar su labor recibió mucho apoyo de su hija, la Sra. Cruz Aguado Hernández y ella, a su vez, de sus hijos. Entre todos colectaron los fondos necesarios para adquirir la imagen de un Cristo con la intención de colocarlo en la Cruz con que ya contaban.  La señora  Cruz, su hija Alejandra  y una Sra. de nombre  Carmela acudieron a la ciudad de Querétaro y compraron una imagen en Fibra de Vidrio. En realidad es Resina de Poliéster reforzada con Fibra de Vidrio, pero me consta que, incluso los fabricantes, no hablan de resina sino de Fibra de Vidrio. Si la imagen anterior se dañó por  el asoleamiento del traslado (y no es una afirmación sino una hipótesis) este material es mucho más resistente a un cambio brusco de temperatura o a la incidencia de los rayos solares.  La nueva imagen tiene una dimensión de un metro con setenta centímetros. Al recibir esta nueva imagen, tras un periodo de espera de quince días posteriores a la compra, ésta fue donada a la Cruz.

 
La Sra. María Alejandra, me relató, también, que hace unos meses la Sra. Cruz  había enfermado de gravedad, por lo que acudió a platicar con las personas de Orduña para entregarles el cargo, ya que su salud no le permitiría continuar con esta actividad, ellos le contestaron que si  lo hacía la tradición se terminaría. Puede ser, pero esto es conjetura mía, que la tradición obliga a que sea alguien de Comonfort quien realice el traslado, por lo que no podría ofrecerse la gente de Orduña. De más está decir que la intención de la Sra. Cruz era todo lo contrario a que la tradición terminara, por lo que  decidió continuar con su labor y, previniendo las consecuencias de su enfermedad, encargó mucho a su hija que prosiguiera con el cargo cuando ella faltara.
Lamentablemente  la Sra.  Cruz, que había participado tantos años con la tradición y contribuido a su realce con la adquisición de esta bella imagen, falleció en marzo de este 2019. Este traslado de 2019 estuvo a cargo de su hija, la Sra. María Alejandra Aguado,  quien decidió darle continuidad al legado de ya tres de sus familiares. Contó con el apoyo de sus hermanos y de muchas personas que se suman y colaboran. Me dijo: "Mi Mamá aprendió de mi abuelito, yo aprendí de mi Mamá y ahora mis hermanos también me apoyan". No tiene sentido imaginar cuánto de esta determinación proviene de la devoción y la tradición y cuánto es, necesariamente, una forma de honrar la memoria de la Sra. Cruz Aguado. 
La imagen como tal pertenece, oficialmente digamos, al templo de Los Remedios, pero está prestada a la Comunidad de Orduña de Abajo.  Por lo mismo, son los encargados quienes deben solventar los gastos, por supuesto con la ayuda de las personas de su barrio. No son exageradas las erogaciones, pero sí consisten en hacerle sus vestimentas a la imagen y substituirlas cuando presenten algún deterioro, ya sea su cendal o sus túnicas. También durante los traslados se van quemando cohetes, además de los adornos de flores y cirios que complementan el ritual.  No obstante estas erogaciones, al término de la jornada de cada año, el sobrante se entrega a los organizadores de allá de Orduña.  La Sra. Alejandra me mostró, sin que yo se lo solicitara, las cuentas que lleva de los gastos de este año, me conmovió el esmero y la claridad con que estaban redactadas. No solamente la parte operativa de este procedimiento debe ser coordinada por la persona que tiene el cargo, sino deben tramitar los permisos con la dependencia de tránsito municipal para que reciban cierto apoyo logístico de ésta.  También, para administrar lo que reciben de limosnas, deben contar con un documento de aval  de parte de las autoridades eclesiásticas.

La imagen es ataviada nuevamente, de su atuendo blanco, con que se le integró en la procesión de las cruces del martes, se cambia a una vestimenta morada. Este ritual se realiza en el interior del templo mismo que, en ese momento y por otras razones, está cerrado al público. A la una de la tarde se forma la comitiva y comienza la marcha, el andar de la imagen es acompañado por un centenar de personas, algunas de las cuales se turnaran para ir cargando al Cristo en su Cruz.  No solamente la cohetería va anunciando el paso del contingente, los cantos de los participantes acompañan los casi seis kilómetros que han de recorrer.  Antes de llegar a Orduña hacen un  descanso, en un punto donde los vecinos les proporcionan agua o algún refrigerio, se expone la imagen y se reza. También en ese descanso se colecta parte de las limosnas con que se solventa esta tradición.  Alrededor de las cuatro de la tarde, y con el repique de las campanas del Templo de Orduña de Abajo, la imagen entra en el atrio y es expuesta en un singular  lecho bellamente  adornado de flores.  No es que en ese momento termine la celebración, pero el recorrido que inició el lunes cierra su ciclo anual en el punto de partida,  a la espera de que la devoción y el peso inefable de la tradición motiven, como desde hace muchos años, a  algún grupo de personas que anónima y desinteresadamente renuevan el ciclo, año con año, para regocijo de todos los involucrados y hasta de los meros espectadores.
Agradezco enormemente a la Sra. María Alejandra su testimonio, más por las difíciles circunstancias en que debió cumplir con la encomienda. Me atrevo a imaginar que al final de la jornada, todo este esfuerzo habrá traído algún brillo de luz sobre la pena que le embarga.


En la sección de videos de esta página puede verse un video sobre este traslado, es breve (el video)
VIDEO AQUÍ
 
El sábado se celebra una misa por la tarde. Para el domingo, muy temprano, dar inicio con las tradicionales mañanitas y continuar con diferentes actividades, música, misa en dos ocasiones y la llegada de una peregrinación que partió a pie desde el Templo Parroquial, un centenar de personas, jóvenes, niños y algunas de edad avanzada, presididas por los estandartes correspondientes, avanzan en orden y sin pausa, portando globos en color rojo y azul, hasta que son recibidos, con repique de campanas, por los presentes.  Como el templo es pequeño se ha dispuesto un altar en el exterior y una cubierta de lonas, dado el flujo de visitantes.
Si bien para muchas personas es una costumbre subir con frecuencia al templo ese día, el flujo de visitantes es constante en ese domingo, más hacia la tarde noche, cuando el sol no se siente tan agresivo. No es raro ver personas de edad, niños, señoras con carriolas, haciendo gustosos el esfuerzo de caminar cuesta arriba. A consecuencia de esto, para la fiesta se disponen puestos de comida y aguas frescas, frutas, etc., ya sea para recompensarse por el esfuerzo o para aprovisionarse para el descenso.
El cerro de Los Remedios es un referente para todos aquellos que nacimos o radicamos en Comonfort, sea que nos agrade contemplar su singular silueta o que  más de alguna vez hayamos subido a su cima. Mucho más si esta ascensión la realizamos desde hace muchos años, cuando había que recorrer campo traviesa y, en las últimas etapas, escalar las enormes rocas que conforman el perfil de la cima.

En otra parte de esta página hemos relatado que hace unos veinte años el Sr. Abel Laguna, quien por su trabajo como músico debió viajar constantemente a la Ciudad de México, al partir y tal vez más al regresar, el Cerro ejercía en él una atracción y un afecto difíciles de describir. Motivado por estos sentimientos comenzó a realizar las acciones necesarias para construir un templo en la cima del cerro. A la par se coordinó con quienes fueron haciéndose cargo de trazar, perfilar y enlajar el camino de acceso el cuál, por sí mismo, es una atractivo, más si ascendemos en la época en que las lluvias ya han cubierto el cerro de muchos tonos de verde.

Sin hacer un esfuerzo desmesurado se puede se puede llegar, desde el centro de la población hasta el Templo de El Señor de la Misericordia en una hora. Claro que las personas de muy buena condición física, algunos de los cuales suben casi a diario, reducirán mucho este tiempo.

Pero sea cual sea la magnitud del esfuerzo, al llegar a la cima, a la par de la satisfacción por llegar al término del camino, también se encontrará una bella terraza acondicionada para disfrutar de hermosas vistas y, por supuesto, un pequeño y hermoso templo, construido por la iniciativa y perseverancia del Sr. Abel Laguna aunada a la devoción  y cooperación de muchísimas personas.
Lamentablemente el Sr. Laguna atraviesa por una crisis de salud que le impide seguir al frente de estas actividades, a la par de nuestros mejores deseos por su restablecimiento,  es apropiada mencionar que justo a la entrada del Templo, hay una inscripción que atestigua y reconoce al Sr. Abel Laguna Naranjo como el iniciador del Templo del Sr. De La Misericordia. 
Necesariamente, la celebración de la fiesta es un poco posterior al inicio de la construcción del Templo, la fecha para la Fiesta de Jesucristo en su advocación de El Señor de la Misericordia es el segundo domingo de Pascua, cabe enfatizar que el primer domingo de Pascua es el propio Domingo de Resurrección, por lo tanto hablamos de la semana que sigue a la Semana Santa.
Como en muchas festividades de la región, se realiza un Novenario en los días previos a la fiesta, dada la cercanía de las fechas este Novenario se traslapa con las actividades de la Semana Santa, dando inicio el "Miércoles Santo" y así durante nueve días a las cinco de la tarde. Evidentemente quienes desean asistir al Novenario deben invertir una hora de esfuerzo para llegar al templo, pero sobran quienes lo hacen y sobran quienes asisten los nueve días completos, mismos que terminan al siguiente jueves, para dar inicio a la fiesta, propiamente dicha el viernes y desde muy temprano, a las 7:00 am con las Mañanitas;  a lo largo del día habrá dos Misas, Danzas, Música de Mariachi y de Banda, también ese día viernes se realiza una Cabalgata, es decir un recorrido a caballo, desde el Templo Parroquial. Claro que ésta no va por el camino enlajado (que tiene muchos escalones) sino por el acceso vehicular que discurre por la otra cara del Cerro.  Hacia las ocho de la noche, o cuando ya esté oscuro, se quema el castillo y otros fuegos artificiales. Estos últimos, viéndolos desde acá abajo, del centro del Pueblo, le dan un realce hermoso al Templo y su entorno. En la sección de videos de esta página hay uno de este 2019.
Como se comprenderá esta descripción de la fiesta corresponde a este 2019, cada año, ha tenido y tendrá las variantes que sus organizadores determinen, pero lo más importante es que la asistencia y la devoción en los comonforenses va en incremento.  

¿Qué determina que una fiesta cobre importancia, al nivel de la asistencia del público en general?  Sin lugar a dudas son una conjunción de factores, antiguamente la devoción particular hacia la Imagen Homenajeada era un factor determinante. Hoy en día el lugar mismo y las actividades complementarias pueden influir en las personas para promover su asistencia. Este caso es sumamente singular, primeramente porque no podemos hablar de vecinos del Barrio. Es un lugar, en términos prácticos, deshabitado, donde llegan visitantes pero no es lugar de residencia permanente de nadie.  Más singular aún es la capacidad para crear, de la nada, una fiesta a la que asisten tantas personas, pese al esfuerzo necesario para llegar hasta allá. Esto último quizá sea parte de la inefable energúa  que indujo al señor Abel Laguna a construir este templo y hoy contagia a todos los visitantes.
En nuestro municipio existe una gran devoción hacia el concepto religioso de la Santa Cruz, Me atrevo a afirmarlo porque, a principios de mayo, varias barrios o comunidades se organizan para realizar su festividad, por citar algunos: La Placita, El Purgatorio, Jalpilla, La Rinconada, Neutla, Delgado, Morales, entre otras y, la que hoy referimos: La Santa Cruz de Montecillo. Esta fiesta se remonta a muchos años atrás, varios siglos, por lo menos. Su origen exacto se pierde en la memoria de los actuales protagonistas que, sin embargo, saben que su abuelo platicaba que, desde que era muy niño, la fiesta ya era añeja.

Hay que considerar que la propia comunidad de encontraba, originalmente, en otro sitio, muy cercano al Río Laja. Habiendo sufrido  los estragos que las inundaciones provocan, los habitantes decidieron reubicarse en otro punto. En un lugar, donde está un "Montecillo", refundaron su comunidad.  En los años setenta, la capilla primigenia, hecha de adobe se había venido abajo y los vecinos, por sugerencia del Sr. Luis Montecillo Calero, erigieron la capilla actual sobre los mismos cimientos de la anterior. En consecuencia su ubicación y dimensiones son las mismas. 

El mismo Sr. Luis contaba que a principios del siglo XX la fiesta no se realizaba el 3 de mayo sino el 14 de septiembre, día de la "Exaltación de la Santa Cruz". Relata también que a la fiesta llegaban visitantes de Querétaro, Celaya, San Miguel de Allende.  Como el atrio no estaba circundado se puede considerar que se extendía por todo el largo de la calle actual, misma que, en aquellos tiempos contaba con sendas hileras de mezquites en cada lado.

 
Para el caso particular de esta festividad son unos seis o siete: El del Castillo, el del Grupo Musical, el de La Enflorada. Como actividad culminante algún grupo de considerable formato se presenta y anima la fiesta, también se realiza la quema del castillo.

La opinión que me externaron algunas personas presentes en la fiesta es de que antiguamente la participación de los habitantes del Barrio y de los visitantes era mayor.  Al margen de que esto sea así, o sea una comprensible percepción de quienes así lo expresan, es sumamente trascendente  que haya tantas voluntades conjuntadas para realizar una festividad, sea por la fiesta en sí misma, o sea por darle continuidad a una tradición que, se asegura, tienen más de trescientos años celebrándose, aunque haya sido necesario cambiar el propio templo de lugar.

Agradezco a la Sra. Evangelina Montecillo Lantén, su amabilidad y la información que acerca de esta hermosa fiesta nos proporcionó.

Hoy en día la fiesta se realiza en torno al 3 de mayo. Digo en torno porque se ajustan las fechas para que el día de mayor celebración sea en domingo, porque  la  mayoría de cargueros, y personas responsables de las actividades, trabaja de lunes a sábado. Esto no significa que no se celebren actividades en los días previos. De hecho hay un novenario que se inicia el sábado de la semana previa al de la fiesta. Pero el propio novenario se adecua  a las necesidades la mayoría, ya que se realiza a las ocho en la intención  de que el horario no dificulte la participación. Ya si la gente no asiste, no fue por falta de previsión de los organizadores.

El viernes, por la tarde, se realiza la "Entrada de la Danza", una danza propia del barrio que realiza sus rituales preponderantemente en torno a esta celebración. Ese mismo día se levanta el crucero correspondiente y se hace la "Entrada de mayordomos" con la Velación correspondiente. No hay que imaginar que la "Entrada" en sí reviste una solemnidad en torno al momento del acceso, es más bien una forma de decir que inicia una actividad.   El sábado, muy temprano, se inicia el recorrido de El Alba que, de manera similar al Recorrido del Alba, de la fiesta de Nuestra Señora de los Remedios, va visitando algunas de las capillas y templos de la parte Sur del municipio. No es un recorrido idéntico al de la Fiesta de Los Remedios, ni a otros que se realizan en otras fiestas del municipio.

Con mucho, el día más importante de la fiesta es el domingo, pero en algún momento entre el sábado y el domingo, el altar es adornado con grandes arreglos florales, a este ritual se le conoce como "La Enflorada". El domingo se da inicio a las celebraciones muy temprano, con las mañanitas, más tarde participa la Danza de Apaches del Barrio y, hacia las seis de la tarde, van llegando los parandes al atrio del templo.

Esto sí implica el ritual de que los tenanches acudan, con la banda de viento, a la casa del carguero que armó el parande, no obstante que a veces no se arma éste en un tablero, como ya hemos descrito en otras festividades, sino que se concrete a colocar en cajas los panes y las botellas del mismo. Aunque entendemos que hay motivos prácticos para esto, no podemos negar que el parande armado en una plataforma, reviste una belleza y simbolismo que se pierde cuando éste se dispone de otra manera. Sin embargo, sea cual sea el formato del parande, los tenanches y la banda llegarán a la casa del carguero y realizarán la ceremonia correspondiente, cuando ésta termina los cargadores (que pueden o no ser cargueros también) llevan el parande al atrio, entre el sonido singular de la campanilla del tenanche y la música de la banda.  Esto se repite para cada uno de los cargos que ameritan de un parande para cerrar el compromiso, como alguna vez habremos comentado.
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Semana Santa 2021
Hace un año publicamos un par de artículos acerca de la singular forma en que ciertas celebraciones tradicionales, relacionadas con la Semana Santa, debieron celebrarse. Nunc creí que un año después la contingencia sanitaria continuaría obligandonos a limitar los riturales y las celebraciones, lo cual, por supuesto no implica, para los creyentes, que lo que estas conmemoraciones le representan siga presente e, incluso, que se incremente.

Creo que el cartel informativo es más que elocuente, sin dejar de mencionar su bello diseño gráfico, nos indica las actividades a realizar y abajo, como una lamentable enumeración, todos los rituales que debieron cancelarse por segunda ocasión. En medio de lo mucho que, como muchos, lamento estas cancelaciones, no dejo de congratularme de la actitud, en extremo responsable, de quienes esto determinaron.  Al final del cartel se especifica que todas las celebraciones que sí se programaron se realizarían en el Templo y con un 30% de aforo.  

Ya con esa advertencia preferí recurrir a uno de los más asiduos colaboradores de este espacio electrónico, quien además me honra con su amistad, para solicitarle algunas imágenes de lo realizado en el templo.

Estas son las imágenes que me compartió, y que compartimos en este espacio junto con el constante agradecimiento para el autor, estas fotografías, además de lo que documentan, transmiten las encontradas sensaciones que esta emergencia sanitaria nos produce.

La mayoría de las imágenes están colocadas en orden cronológico a excepción de las dos  últimas, que preferí colocar al final no sólo por la belleza plástica de la imagen sino por el enorme simbolismo que encierran.
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En la cabecera y en muchas de las comunidades de nuestro municipio se realizan diferentes celebraciones durante la Semana Santa y, por supuesto, durante el resto del año.   Las características de estas celebraciones varían de una comunidad a otra y sus orígenes pueden ser recientes o remontarse a varias décadas atrás. También las circunstancias y motivaciones que les dieron origen pueden ser muy diferentes, lo que sí es una constante es la participación de la comunidad en general y la importancia que los propios habitantes le confieren a estas celebraciones.  

Esperando que esta introducción no sea demasiado enredosa le comento que este año asistí a presenciar el viacrucis en el Barrio de San Agustín.  Llamarlo Viacrucis es un tanto limitativo ya que en realidad es una representación de Los Episodios Evangélicos en que además de lo realizado el Jueves y Viernes Santos, también se abarca el Domingo de Ramos. Pero conviene aclarar que en este artículo solo nos referiremos a la representación escénica que se realiza en estos días, aunque como se comprenderá, la Parroquia, en su conjunto, tiene otras actividades en estas fechas.

Las representaciones escénicas de los episodios evangélicos son muy antiguas en México y, hoy en día, se cuentan por miles las realizadas en todo el país. Es creíble que las representaciones más antiguas inspiraron, en su concepción, a las más recientes, habiendo evolucionado, dentro de ciertos márgenes, hasta el día de hoy. Menciono esto porque, por más que la historia que va a escenificarse no puede tener mayores variaciones, sí caben algunas diferencias, de una representación a otra, dentro de márgenes muy estrechos y es que, los Evangelios, la fuente original, son muy concretos y no contemplan muchos detalles que las prácticas religiosas del mundo católico y la religiosidad popular han ido llenando. A manera de ejemplo, los Evangelios no detallan el Vía Crucis, es decir el recorrido, desde que Jesús es condenado a muerte hasta que llegan al lugar de la crucifixión. Se cree que las catorce estaciones (o quince según se considere) fueron definidas hacia el siglo XIV.  Pero lo importante es que la concepción de cada representación varía de un lugar a otro y algún detalle específico puede ilustrar al espectador o, mejor aún, conmoverlo o llevarlo a la reflexión, que es la verdadera intención de estas puestas en escena.
 
El Viacrucis del Barrio de San Agustín
La representación en sí:

Como dijimos, se trata de una representación escénica donde se caracteriza e interpreta a los diferentes participantes de los episodios evangélicos, hay por supuesto una persona que interpretará a Jesús, otros más a Herodes Antipas, a Poncio Pilatos, Fariseos, Sacerdotes judíos y una buena dotación de soldados y centuriones romanos.

Como dijimos se trata de una representación escénica, con actores muy bien caracterizados y con indumentarias acordes a la época y al personaje, además de los diálogos correspondientes, mismos que, gracias a la tecnología de estos días, son audibles casi en todo lugar y momento.  Para la escenografía se recurre a la creatividad, en el atrio del templo se utiliza el estrado existente en el costado sur para representar la última cena, en la plaza se disponen varios estrados temporales para ubicar la aprensión de Jesús y, al día siguiente su presentación ante Herodes, del mismo modo, un balcón que desde el atrio da hacia la plaza es utilizado como el palacio de Pilatos.

Una singularidad de esta escenificación en el Barrio de San Agustín es la utilización de El Demonio como un personaje que deambula entre los demás y aunque también dice algunos parlamentos, todos parece que no lo vieran, aun cuando pasa muy cerca de todos. Cuando supe quién había escrito estos parlamentos no me sorprendió la utilización de un recurso tan orignal.
La escenificación del domingo de Ramos también implica acciones y diálogos de los personajes, se representa tanto la llegada de Jesús a Jerusalén como la expulsión de los mercaderes del templo, de una manera simbólica también implica una caminata desde una comunidad cercana, perteneciente a la misma Parroquia.

Las escenificaciones en el atrio y la plaza duran entre una hora y media y dos horas, tanto la del jueves como la del viernes y, pese a que los actores deben trasladarse de un escenario al otro, la representación es tan dinámica que no hay modo de perder la atención de los presentes, máxime que en los momentos convenientes se escucha una música ambiental muy bien seleccionada.

El día viernes, luego de ir de Herodes a Pilatos, Jesús es condenado a muerte, así que la comitiva de soldados romanos le coloca la cruz en hombros y le conduce hasta el lugar de la crucifixión, en ese recorrido tendrán lugar la mayor parte de las estaciones del Viacrucis (las tres caídas, el encuentro con María, la Verónica, etc.). No sólo los soldados romanos parten con Jesús, también, por supuesto Dimas y Gestas, pero también María, los fariseos y hasta Herodes y su corte se suman al recorrido. Estos personajes, que sabemos no participaron, ni presenciaron la crucifixión, realizan la labor práctica de mantener a los espectadores un tanto atrás de las acciones, para que quienes van representando sus papeles no sean estorbados por los presentes.

También, y es más notorio en este recorrido, hay una persona explicando o llevando al público a la reflexión en cada una de las estaciones, evidentemente, cuenta con el auxilio de un equipo de sonido  móvil. Tradicionalmente la crucifixión se llevaba a cabo en un cerrito cercano, cercano es un decir pues implica cruzar el río y el libramiento a San Miguel.  En esta ocasión, por restricciones de la Pandemia, el recorrido se realizó en las calles del Barrio, un periplo de casi dos kilómetros.  En todo este recorrido hay algunas personas encargadas de dar agua a los participantes, así que no es raro ver a los fariseos, las mujeres piadosas y hasta a los centuriones mitigar su sed y minimizar los efectos del asoleamiento. Pero, para no contradecir la historia, a Jesús nadie le ofrece un vaso de agua.

En esta ocasión la crucifixión se llevó a cabo en el atrio, a unos metros del templo, primero los dos ladrones son sujetos a sus cruces respectivas y luego éstas son izadas con suma destreza y esmerado cuidado por los romanos.  En último lugar y al centro se iza la cruz con Jesús sujeto a ella.  El diálogo con Dimas y Gestas, así como con María se resuelve atando el micrófono a una larga pértiga y acercándola a los protagonistas. La representación termina con el descenso de los cuerpos, lo cuál se hace sin desmontar las cruces de su lugar: un centurión los libera de la cruz y los brazos de media docena de participantes los reciben.

No puedo decir que me sorprendió lo bien planeadas y organizadas que son estas representaciones, pues conozco muy bien la dedicación con que se suman los participantes, en todas las celebraciones populares de nuestro municipio, pero puedo decir que me conmovió ver la dedicación puesta en cada detalle, en la esmerada actuación, en el acierto de los vestuarios o la estructura concreta de los diálogos, incluso las personas que, fuera de escena, realizan labores de apoyo y coordinación, de una manera muy eficiente.

Las siguientes imágenes las tomé de la grabación realizada por "fotos toño" y transmitida en vivo mediante la página de Facebook de la Parroquia de San Agustín

Como lo que yo haya percibido el día jueves y el viernes no es suficiente y menos aún con la calidad de esta representación acudí, según me sugirieron, el  lunes siguiente a platicar con algunos de los organizadores, en lo que esperábamos llegaron al menos unos ocho jóvenes a entregar su vestuario, de una bolsa de plástico, sacaban de manera ordenada y muy bien doblados: el short, la túnica, la capa, etc. Y una muchacha, encargada de dicha labor, registraba la entrega en una libreta llena de nombres y de especificaciones del vestuario. Algunos pagaban por el uso de dicho vestuario y otros corroboraban que su adeudo estaba liquidado.  Ya entrados en la plática específica, dos de los organizadores me platicaron que con esta, de 2022, se habían llevado a cabo cincuenta y cuatro representaciones. Es decir que, si consideramos los dos años que, por la pandemia,  no se realizó, la primera representación fue en 1966, por iniciativa del Padre Agustín Ayala García quien además escribió los textos (ya decía yo que me habían gustado los diálogos) y quien dirigió las representaciones en los primeros años, encargándose de casi todo. Después poco a poco fue delegando la organización en los participantes.

Incluso hoy en día la organización se coordina con el Sr. Cura Párroco, pero no hay una participación directa de su parte, También, según me informaron, no se puede decir que haya un responsable único, de alguna manera el trabajo y la responsabilidad se reparte entre los participantes, pero, por ejemplo hay un responsable del personaje de Jesús y los apóstoles, otro más de Herodes, otro de Pilatos, etc., ellos, en lo personal se consideran coordinadores de los eventos y, a su vez buscan o seleccionan quienes les auxilien o los apoyen. Pero no se crea que sólo son responsables del desempeño de ese personaje. No, se encargan de los demás personajes que le rodean y de colocar o no, solventándolo por su parte, un estrado o una escenografía complementaria, además de la utilería indispensable.  El hecho de que cada uno de estos coordinadores tenga, a veces más de una década realizando esta labor, facilita la coordinación y el entendimiento, con los demás participantes, para que todo salga fluido y en orden. Esto sin contar los tiempos en que participaban interpretando algún personaje. Y no es que los actores deban ser jóvenes, pero de un tiempo hacia acá se fue tomando el criterio de que los actores sean jóvenes, no necesariamente para que, en su momento, se vuelvan coordinadores, pero es muy lógico que así suceda. De hecho, la estafeta generacional así se ha transmitido, no olvidar que la tradición lleva ya más de medio siglo.

Ya que hablé de solventar, la parte económica es la que siempre acarrea complicaciones, alguna vez han tenido apoyos oficiales, pero hace mucho que no se contempla entre las posibilidades, así que todo resulta autogestivo, un poco con el énfasis de cada coordinador hacia su estrado, su utilería, etc.

En los primeros tiempos cada participante se encargaba de fabricarse su vestuario y, sea que lo utilizara un año o varios años, disponía de él a su gusto y conveniencia. Como esto era una limitante, hace unos años se pensó en fabricar varios vestuarios y alquilarlos a los participantes, por un costo que resultaba mucho menor que la adquisición de un atuendo completo. Esto, de paso, con el tiempo pudo ser una ayuda para los demás gastos. También en los primeros años todo se hacía a nivel de piso, no se manejaba ningún estrado, para ninguna de las escenas.

Salvo el recorrido del viacrucis y el lugar de la crucifixión de este año, en todas las ocasiones anteriores el recorrido sale del templo y cruza el río hacia el poniente, cruza el libramiento a San Miguel y llega a San Isidro la Loma.  Singularmente, ha habido años en que, pese a ser marzo o abril, el Río lleva Agua y entonces, contra la tradición que indica vadear el lecho seco del Río, se cruza por el puentecito. Donde sí ha habido una variación es en el recorrido del Domingo de Ramos que algunos años fue desde La Palma, en otros de la Colonia Álvaro Obregón y, más recientemente, de La Candelaria.
La representación en San Agustín, suele considerarse demasiado realista, el adjetivo "demasiado" hace referencia a los golpes, y más concretamente, los latigazos que reciben tanto los reos como Jesús. No es que los centuriones y soldados romanos quieran herir a los otros participantes, pero deben hacer que los latigazos y los eventuales golpes se vean reales, pues de no ser así, corren el riesgo de verse ridículos. Nada más incoherente que un latigazo "suavecito". No es inusual que lleguen a sangrar o que conserven alguna cicatriz.

Encarnar el papel de Cristo es más difícil de lo que parece, no sólo debe cargar la cruz que, como ya mencionamos es enorme y debe pesar cerca de sesenta kilos, si no es que más. También debe apegarse a un reglamento en el cuál, mediante una docena de normas, debe tener una actitud prudente y moderada, no sólo durante los ensayos, sino en todo momento, desde que se inicia la cuaresma, con la intención de que su conducta, en la vida diaria no sea contradictoria con el papel para el que se está preparando.

Por llevarlo al extremo, resultaría más que inapropiado, que unos días antes de la Semana Santa, al futuro "Cristo" se le viera perdido de borracho o echando relajo con dos chamaconas o algo por el estilo.  Este reglamento también contribuye a que el participante se adentre o comprenda mayormente el sentido de su personaje.  Adicional a todo esto y como última norma del reglamento, deberá representar su papel descalzo. ¿Cuándo hemos visto un crucifijo con sandalias?  Aún así, la mayoría de los jóvenes que han llevado el papel de Jesús, lo han hecho por varios años consecutivos: tres, cinco, siete, etc. 

El joven que este año representó a Jesús me comentó:

"Yo sí tenía miedo del peso de la cruz, pero (el coordinador) me dijo: No tengas miedo y demuéstrales que Dios existe" y yo la sentía pesada cuando empecé a entrenar, pero me quedé con esas palabras y con ello dejé de hacer caso a los comentarios sobre lo difícil que iba a ser"

Dadas las exigencias comentadas, para la selección no se busca que quien va a interpretar a Jesús dé el aspecto, es muy difícil.  El señor Juan Músico, que también fue Jesús varios años, me comentó que a veces llegan personas que dan muy bien el tipo, alguno incluso venía desde Querétaro, y daba muy bien el tipo, por su estatura y sus facciones, pero cuando ven los requerimientos y que, además deben recorrer su Viacrucis descalzo, ponen muchas objeciones, entonces le comentaron: "Bueno, si quieres no padecer nada, puedes salir de Herodes, aparte de todo está rodeado de muchachas".   Por todo lo anterior, no se busca, ni se pretende, que el intérprete tenga un parecido físico a la imagen que conocemos de Jesús, "no damos el tipo" me dijo uno de los organizadores. Por lo mismo se busca que, más que el parecido físico, sea la actitud y la conducta la que tenga consonancia con el papel a representar.
El resto de los papeles también llegan a tener alguna demanda entre los participantes, por alguna coincidencia, mientras estuve ahí, dos muchachos preguntaron por el papel de Pilatos. 
Dado que muchos de los participantes han interpretado más de un papel, no ha sucedido que la representación se vea trunca por falta de un participante en específico.
Desde hace buen tiempo se procura en general que, sobre todo los jóvenes actores, no vean su participación como una distracción o, peor aún, que la tomen para "echar relajo".

Los ensayos oficialmente dan inicio con la cuaresma, pero los últimos veinte días se ensaya diariamente y se hace prácticamente toda la representación.  En ocasiones, cuando en alguno de los papeles principales hay un nuevo intérprete, pueden acortarse un poco sus parlamentes, si no ha podido memorizarlos completamente.

De entre las escasas complicaciones que se han presentado, en alguna ocasión había puestos de comida, no sólo en la plaza sino en el interior del atrio y, peor aún, alguna vez hasta se vendía cerveza casi en mitad de la representación.

Alguna vez el señor Juan Músico, viendo la actitud de desenfreno y relajo que mostraban muchos de los asistentes, contrapuesta a la dedicación de los participantes, les dijo a los organizadores que no quería participar y uno de aquellos viejos le dijo: "Con una persona que venga y valore esto, de corazón, con eso es suficiente, no lo hagas por la gente, hazlo por el de arriba"
Este año, además de todos los organizadores y de quienes apoyan desde afuera, el número de participantes en escena fue de sesenta. Pero en años anteriores ha rebasado los cien, se esperaba que, luego de la pausa de la pandemia, la participación fuera mayor que antes, pero no fue así. Este año no, pero en ocasiones participa gente que viene de la Cabecera Municipal, o de Las Trojes y, últimamente, de la Colonia Álvaro Obregón.

El peso de la tradición, el cumplimiento de una manda, o simplemente el gusto de ser parte de, motivan a los participantes a integrarse por primera vez o a seguir participando. Al margen de esto, como toda actividad de carácter colectivo, es un factor de cohesión de la comunidad pero, me platicaron que en más de alguna ocasión los familiares han llevado a sus muchachos con la intención de que se alejen de malas prácticas de su salud y sí ha llegado a suceder que mejoren su conducta.

La devoción con que se acercan muchos de quienes son solo espectadores, también es una motivación para los participantes.  Necesariamente, con el tiempo, las formas de organización se han perfeccionado, los organizadores recuerdan que en sus primero años les llegó a tocar hacer el esfuerzo casi solos y, todavía el viernes por la noche, andar acarreando cosas con muy poca ayuda.

Agradezco la amabilidad de los organizadores y de los participantes así como, específicamente los testimonios de los señores Felipe Estada Músico, Gerardo Músico, Juan Músico y las señoritas Gabriela Jaralillo y Berenice.

El Viacrucis del Barrio de San Agustín
Fiesta de María Auxiliadora, en Empalme Escobedo


Carrera de burros en Empalme Escobedo

Fiesta de San Isidro Labrador, Empalme Escobedo


Fiesta de La Santa Cruz de Montecillo


La Fiesta del Señor de la Misericordia
Fiesta de María Auxiliadora, en Empalme Escobedo II


Semana Santa 2021
Fiestas, parte tres
Semana Santa 2022
La Fiesta de Corpus Christi



La fiesta de San Antonio




La fiesta de Santiago Apostol





La primera fiesta de Nuestra Señora de los Remedios





La fiesta de San Francisco





Fiestas, parte cuatro
La Procesión del Jueves de Corpus



La Procesión de Corpus de 2020
La Fiesta del Barrio de San Agustín
La Remuda de la Fiesta del Barrio de San Agustín
Fiestas, parte seis

La segunda fiesta de Nuestra Señora de  los Remedios





Peregrinación Ciclista del Bajío al Tepeyc





Tres artículos sobre la Fiesta de Los Remedios




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Vámonos por los Parandes
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La Fiesta de Corpus Christi en 2021 Santa 2021
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La Fiesta Parroquial de San Francisco de Asís
Fiestas, parte cinco

La Procesión del Jueves de Corpus 2022



Fiestas, parte siete

Procesión del día de Todos los Santos
Nuevamente los tapetes, diciembre de 2022